Tengo miedo a tragar. Fagofobia

El miedo a tragar, es mas normal de lo que parece. Suena raro, ¿verdad?. Lo que ocurre es que muy pocas personas se atreven a expresarlo, porque se sienten incomprendidas o les da vergüenza comentarlo.

Al principio, el miedo a tragar empieza como una especie de nerviosismo

Primero aparece una sensación de estar nervioso cuando llega la hora de comer, la hora del desayuno, la comida o la cena. Normalmente, la hora de la cena, es la más complicada, como consecuencia de haber tenido que estar alerta o en tensión, durante todo el día.

Cuanto más tiempo se pasa sin resolver esta situación, entonces la desesperación aumenta, llegándose a convertirse en algo horrible. Un agobio continuo.

Después empieza el aislamiento.

Comienzan a surgir conductas de huida. Se evita ir con amigos, sobre todo a la hora de tomar algo.

Es como estar sometido a una prueba continua con preguntas. ¿Qué te pasa, comes muy despacio?, ¿estás bien?, ¿te gusta la comida?, ¿no estás tranquila, te pasa algo?

Ni siquiera en la propia casa se encuentra uno a gusto, porque las preguntas siguen siendo una constante. Todo esto, hace que socializar se convierta en algo muy incómodo y desagradable. Porque muchas veces, no se es consciente del motivo, ni de lo que pasa, ni como poder cambiar la situación.

Son muchas las causas

Normalmente este miedo surge debido a que se ha sufrido algún tipo de “accidente con la comida”, por ejemplo, porque se haya atragantado alguna vez, o  como consecuencia de que se haya visionado alguna vez. Sin embargo, no siempre ocurre de esta manera.

El miedo a tragar, sobre todo, lo que provoca es que los músculos se contraen. No dejan pasar el alimento, por lo tanto, lo que provoca esa sensación desagradable, como es el ahogo. La reacción del cuerpo, es muy similar a lo que hace el cuerpo cuando se le da un susto a alguien. Simplemente se contrae. Así pues, cuando llega el susto de la hora de la comida, también se contrae.

La fagofobia tiene un tratamiento muy efectivo con la terapia cognitiva conductual. Es decir, que al trabajar sobre la ansiedad derivada de la “hora de comer”, se actúa directamente sobre el problema.